jueves, 15 de octubre de 2015

¡ POR LOS "PALOS" !

Las ausencias de Messi e Iniesta restan mucha personalidad al Barcelona. La mantiene como puede por la voracidad de Luis Suárez. A veces, como hoy, por Neymar. Casi siempre por la habilidad táctica de Luis Enrique. Sin embargo, la sombra de las lesiones es muy alargada. No controla los partidos y cualquier rival le hace daño. Se lo hizo el Sevilla en un cuarto de hora fantástica.

Dos postes impidieron la ventaja del Barcelona al descanso. Piqué desaprovechó un balón que se paseó por la línea de gol, después de que una falta de Neymar golpease entre el hierro y la espalda de Sergio Rico. Luis Suárez probó desde la esquina del área con una rosca que superó al portero pero acabó en la cruceta.

Las bajas conducen a Luis Enrique a un curioso puzzle. El equipo cambia su sistema en tres o cuatro defensas de una forma natural y bien trabajada. A ello ayudó en Sevilla la presencia de Mascherano en el centro del campo, que hizo las labores de libre cuando los laterales se impulsaron por banda y los centrales -Piqué y Mathieu- escoraron su posición.
Sin embargo, las bajas de Iniesta y Rafinha quedaron huerfánas de respuesta. Sin el refuerzo de Arda o Aleix Vidal, la solución es la presencia de Sergio Busquets en una zona adelantada que no se adapta a sus condiciones y le hace parecer vulgar. Rakitic, el ejemplo a imitar, actuó muy cómodo por su lado. El croata fue puntal defensivo y caudal de buenos pases para sus compañeros.

Y en 15 minutos...
El fútbol es más que un concurso de méritos. Por eso permitió que el Sevilla, peor que su rival en el primer acto, fuese capaz de tomar ventaja nada más volver de vestuarios. Fue Gameiro quien dio el pase para el gol de Krohn-Dehli, el primero de la tarde. El 2-0 fue obra de Iborra, con un remate preciso de cabeza.

Puestos a reivindicarse, Sergio Rico pidió turno en los discursos. Lo acompañó de dos paradas espectaculares a Neymar.
La tarde exigió al conjunto azulgrana una rápida reacción. Trémoulinas ayudó con una mano que Gil Manzano, el árbitro, consideró penalti. Neymar lo hizo bueno: 2-1.
La estrechez del marcador intimidó a los locales. Retrasaron líneas y se multiplicaron para evitar el empate. El palo evitó el desastre para el Sevilla, en un chut de Sandro.

Por tanto, los de Luis Enrique se fueron de vacío del Sánchez Pizjuán y suman su segunda derrota en liga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario